En Alemania...

En Alemania los hermanos Skladanowsky habían presentado también en un café su Bioscopio meses antes de que los Lumière presentaran su Cinematógrafo. Pero el invento de los Lumière superaba en calidad al de los alemanes, por lo que poco a poco fueron perdiendo el éxito que habían conseguido.

Más tarde Max Reindhart, uno de los grandes directores de teatro de Alemania en aquella época, impulsaría el expresionismo alemán e influiría a directores como Robert Wiene. Introdujo los telones pintados que imitaban la pintura expresionista, ya no la fantasía de Meliès, y tenía una concepción experimental sobre cómo contar historias.

Alemania funda en 1917 una productora propia, la UFA, porque se dan cuenta de que el cine es importante. La UFA no intenta aprovechar las historias de EEUU y Francia, sino que pretende incluir en sus películas las leyendas y mitos propios del folklore alemán.  Este cine que surgirá entonces será el llamado “cine expresionista alemán.”

 

Alemania estaba en un momento de progreso, habían pasado la primera Guerra Mundial, la cual habían perdido, y de allí iban hacia arriba. En  el cine que se realizó entre los años 1919 y 1933 (desde el primer discurso de Hitler hasta que llegó al poder) los protagonistas de las películas eran monstruos invisibles, controladores y poderosos, que parecían avecinar la llegada del horror que supondría Hitler. Lo mismo había ocurrido ya con los cuadros expresionistas de antes de la guerra, que parecían intuirla.